Desde hace bastante tiempo estoy algo, digamos, obsesionado con el no arrastrar cargas ni pesos innecesarios. Y por ello cada vez más trato de llevar un estilo de vida acorde a este deseo. No es fácil. Toda una vida de acumulación y miedo de perder o de no soltar “por si acaso” dejan su huella. Sin embargo, poco a poco, con paciencia y humor, voy aprendiendo a no ser tan radical y a soltar sin volverme loco.
Hoy fue uno de esos días en los que mi intención de ir ligero de equipaje fue más patente que nunca: unas amigas de Sol regresaban a sus respectivos países después de pasar un par de años aquí estudiando y aprendiendo. Sin embargo, a la hora de facturar las maletas, comenzaron los problemas: exceso de peso, objetos con un valor sentimental grande que se resistían a dejar, así fueran viejos y casi inservibles, el drama de tener que elegir bajo presión, la carrera contra el reloj…
Sé que no es tan fácil deshacerse de muchas cosas materiales, sin embargo, la experiencia que presencié me hizo reflexionar y ver que voy por buen camino. Si bien todavía estoy apegado a ciertas cosas y me produce tedio el pensar en regalar/vender/donar/tirar mucho de lo que tengo, cada día que pasa agradezco el necesitar menos y ser feliz con lo que tengo, sin ansiar nada fuera de mi alcance y aprovechando al máximo todas las sensaciones y el disfrute que aquello que me es cercano, materialmente hablando, me produce.
La búsqueda incesante de placeres y emociones “fuertes” puede ser gratificante durante un tiempo, pero si nos convertimos en adictos a ellos / as, terminaremos por no disfrutar nada y el volvernos esclavos de la novedad. Créanme: es una adicción como cualquier otra: el ir saltando de un interés a otro sin poder o querer parar, sin darse la oportunidad de saborear cada “bocado” no es muy agradable que digamos, además de caro y poco ecológico… Y al final, siempre pasa lo mismo: el vacío que queda es aún peor que cuando comenzamos.
Las experiencias, como diría mi querido amigo Luis, no ocupan espacio, no pasan de moda, no consumen electricidad, duran toda la vida y nos producen la misma agradable alegría cuando las recordamos o revivimos. Me gusta acumular experiencias y vivir sin amarrarme a aquello que no merece la pena.
Bien decía mi padre que “No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita”: Sabias palabras…
HOLA,
ACABO DE CUMPLIR MIS 50 AÑOS Y DESPUES DE 15 AÑOS ME ACABO DE MUDAR DE CASA, A UN LUGAR MUCHO MAS PEQUEÑO, JAMAS ME IMAGINE LA ANGUSTIA QUE VIVIRIA, CREI QUE ME VOLVERIA LOCA TRATANDO DE GUARDAR TODO LO QUE HE ACUMULADO DURANTE LOS ULTIMOS 26 AÑOS DESDE QUE ME CASE Y LO QUE YA TRAIA DE CUANDO AUN ERA SOLTERA. REALMENTE AUN NO HE PODIDO TERMINAR, PERO TOME UNA DECISION, COMO REGALO DE CUMPLEAÑOOS QUIERO APRENDER A VIVIR EL RESTO DE MI VIDA MAS LIGERAAAAA Y ESTOY TRABAJANDO EN ELLO, AUNQUE NO ME HA SIDO NADA FACIL, TENGO MUCHOOS APEGOS, MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR TODO ESTO QUE ME AYUDA A PAR UN PASO MAS EN MI NUEVO PLAN DE VIDA.
UN AFECTUOSO SALUDO
Hola Maria Inés,
El tuyo es un esfuerzo valiente y comprometido. Me alegra mucho que te hayas dado cuenta que acumulamos sin cesar y que este peso nos lastra, alejándonos de lo que es realmente importante. Para irlo dejando atrás, comienza pequeño. Recorre un rincón o lugar de tu nueva casa cada día o semana, y elimina todos aquellos objetos que no uses o que ya no sean importantes. No lo hagas todo a la vez, porque la sensación puede ser abrumadora. Date tiempo y ve paso a paso. Disfruta de la libertad que vas ganando y de la ligereza de contar sólo con lo necesario.
Mucho ánimo y espero que compartas tus experiencias con nosotros.
Saludos!
hola, me ha encantado la reflexion, hace poco me ha entrado por querer deshacerme de tantas cosas materiales que tengo y de evitar comprar aun mas es tan raro como tengo tanto apego a aquellas cosas, siento que si logro despegarme de ellas sere mas libre me sentire una persona sin ataduras, es raro pues solo tengo 19 años y siento que la sociedad me consume ante todo con el consumismo que genero