La experiencia está siendo fantástica. Anoche llegamos completamente agotados en el hotel e hicimos honor a aquello de “a donde fueres, haz lo que vieres”, léase nos dormimos un rato en la Yamanote!
Nos dimos una vuelta por Akiba, y de no ser por Sol, no hubiésemos encontrado una tiendita de electrónica con unos precios muy atractivos para comprar cámaras y demás. Eso si, por la noche, cuando llegué a estrenar lo que había comprado, me asusté un poco al comprobar que TODO venía en japonés: manual, menús, etc. Eso si, Google al rescate y ya está todo en su sitio.
También entramos a Book-Off, y ver tantos libros en japonés marea un poco. Es algo frustrante no entender nada, la verdad. Pero bueno, lo mejor fue que conseguí música de Naoya Matsuoka y de Joe Hisaishi a muy buen precio.
Un detalle cuando llegamos: el funcionario de aduanas nos preguntó EN ESPAÑOL, que si teníamos algo que declarar. Fue muy gratificante comprobar que les interesa saber más de los demás, a diferencia de lo que pasa en otros sitios…
Más cosas de Akiba: entramos a Yodobashi Camera, un edificio enorme donde hay de todo: incluso souvenirs de Japón, pero los precios, aún con reducción del impuesto para extranjeros, no son nada del otro mundo. Es mejor caminar por el barrio y explorar las tiendas pequeñas para conseguir gangas. Una cosa un poco molesta es que dentro de la tienda, hay empleados gritando a todo volumen con megáfonos pequeños sobre ciertas mercancias… Un poco raro la verdad.
Más cosas: por la noche estuvimos dando una vuelta por Shinjuku, viendo todos los neones y la cantidad impresionante de personas que van y vienen. Incluso nos dimos una vuelta por Kabukicho, no muy recomendable pero interesante…
La comida hasta ahora no ha sido problema. Hemos probado ramen, Gyozas y una especie de parrillada de visceras muy sabrosa, aunque la traducción al inglés, tal y como la tienen en el menú, no es muy recomendable. No dan ganas de comer “recto de cerdo” o “arteria de vaca”… Eso si, cuando traen todo y lo cocina uno mismo en la parrilla, sabe fantástico.
Esta es la ciudad del ruido: por una parte, la gente va muy callada en el metro o tren, pero hay música y montón de ruido de fondo siempre.
Ah! Hemos probado el calpis y una bebida de la misma marca son sabor a soja. Un poco fuerte pero quita de manera efectiva la sed… Todo comprado en máquinas expendedoras en la calle.
La estación de Shinjuku es ENORME. Ahora entiendo por qué la gente se pierde, incluso los locales!
Por ahora nada más, salimos ya a ver que nos depara el día!