Tokyo (no) vive una catástrofe

Y para continuar con la “contra-corriente” a los medios de desinformación masiva, un video de Marc Bernabé, traductor catalán de japonés, que se encontraba en Tokyo hasta hace muy pocos días, sobre la “anormalidad” que se vive en la capital nipona a consecuencia del terremoto y posterior tsunami. Pero claro, este tipo de cosas no llega a las portadas de los diarios ni de la televisión porque “no vende”…

Cosas que me llaman la atención del terremoto de Japón

Esto no pretende ser un intento barato de atraer la atención aprovechándome de la revolución mediática que ha desatado la tragedia en el norte de Japón, más bien quiero que sea una reflexión rápida sobre esas cosas de las que tal vez no nos damos cuenta por seguir la corriente la mayoría de las veces:

1. La mayoría de los medios hablan de “Catástrofe en todo Japón” cuando en realidad sólo 3 prefecturas han sido afectadas de manera significativa.

2. De repente hay expertos en reactores nucleares en todo el mundo, opinando sobre lo que pasa en las centrales afectadas con una propiedad digna de un premio Nobel (con perdón para los que si lo son de verdad).

3. Lo cierto es que, aparte de la gente que está trabajando para contener los efectos del terremoto y el tsunami en la central de Fukushima, nadie sabe a ciencia cierta lo que está pasando. Todas las opiniones vertidas son especulaciones o basadas en rumores o noticias incompletas.

4. La información que llega de “desabastecimiento generalizado”, “histeria colectiva”, “falta de gasolina”, “apagones frecuentes” y “alarma general” es cierta únicamente en la zona de Tôhoku, que es la más cercana al epicentro. En Tokyo, Kyoto o el sur de Japón, la situación es de normalidad absoluta, sin que esto signifique que la gente no esté asustada o preocupada por lo que ha ocurrido / está ocurriendo.

5. Los japoneses están respondiendo con todo su civismo y organización al desastre: no hay saqueos, ni robos ni violencia en las calles. Lo que si hay es muchas colas y tranquilidad (aunque no completa) en otras zonas, además de medidas para disminuir el consumo eléctrico y de combustibles.

6. Los medios usan cada vez titulares mas espeluznantes para atraer a más lectores y/o televidentes. Por supuesto, teniendo en cuenta los apartados 3 y 4 mencionados anteriormente, lo que pueda haber de cierto en estas afirmaciones escalofriantes es más bien poco (tirando a nada). Una de las cosas que sí se saben es que las comunicaciones con la zona más afectada por el seísmo y el posterior tsunami, están cortadas o en muy mal estado.

7. Hay muy pocas fuentes imparciales de información sobre la situación en la planta de Fukushima dignas de ser consultadas. Una de ellas es esta y otra esta, que informan  basándose en datos obtenidos de las fuentes más cercanas disponibles y en la opinión de personal con experiencia y verdadero conocimiento, aunque, como he dicho antes, también hay que tomárselas con un granito de sal…

8. Teniendo en cuenta que la reputación de Tepco, la empresa que gestiona los reactores está en juego, tampoco hay que fiarse mucho de las supuestas “fuentes oficiales”.

9. El aprovechar una situación tan excepcional como la que ocurrió el pasado viernes en el norte de Japón para decidir de un plumazo que las centrales nucleares son absolutamente desaconsejables y deben ser desmanteladas, es tan irresponsable y oportunista como decir que cada vez que hay un accidente aéreo, deberían prohibirse los aviones como medio de transporte. (Y que conste que no soy pro o anti-nuclear).

10. Y por último, si bien es cierto que el querer estar enterados de lo que ocurre al minuto es un mal endémico de esta sociedad infoxicada en la que vivimos, lo mejor (si se quiere) es informarse de primera mano utilizando medios alternativos como las redes sociales (Facebook y/o Twitter por ejemplo), escritos y/o actualizados por personas que estén allí y que no tengan ningún interés en fomentar el alarmismo o el catastrofismo al que nos tienen acostumbrados los medios de “desinformación” masiva.