Questionnaire

Un poema de Wendell Berry, una vez más, sobre la estupidez colectiva que campa cada vez más a sus anchas en esta sociedad enferma en la que vivimos. Para reflexionar:

Questionnaire

1. How much poison are you willing
to eat for the success of the free
market and global trade? Please
name your preferred poisons.

2. For the sake of goodness, how much
evil are you willing to do?
Fill in the following blanks
with the names of your favorite
evils and acts of hatred.

3. What sacrifices are you prepared
to make for culture and civilization?
Please list the monuments, shrines,
and works of art you would
most willingly destroy.

4. In the name of patriotism and
the flag, how much of our beloved
land are you willing to desecrate?
List in the following spaces
the mountains, rivers, towns, farms
you could most readily do without.

5. State briefly the ideas, ideals, or hopes,
the energy sources, the kinds of security,
for which you would kill a child.
Name, please, the children whom
you would be willing to kill.


Cuestionario

1. Qué tanto veneno está dispuesto
a comer para el éxito del libre
mercado y el comercio global? Por favor,
nombre sus venenos preferidos.

2. Por el bien de la bondad, cuanto
mal estaría dispuesto a hacer?
Complete los siguientes espacios en blanco
con los nombres de sus males y actos de odio favoritos.

3. Qué sacrificios está preparado a hacer
por la cultura y la civilización?
Por favor enumere los monumentos, templos
y obras de arte que destruiría voluntariamente.

4. En el nombre del patriotismo y
la bandera, cuanto de nuestra amada tierra está dispuesto a profanar?
Haga una lista en los siguientes espacios de
las montañas, rios, ciudades y granjas
de las que podría prescindir más facilmente.

5. Describa brevemente las ideas, ideales o esperanzas,
las fuentes de energía, los tipos de seguridad
por los cuales asesinaría a un niño.
Nombre, por favor, los niños a quienes
estaría dispuesto a asesinar.

No puedes tenerlo todo

Emily Levine – Maria Popova – BrainPickings

Un poema de Emily Levine, poetisa, comediante y filósofa recientemente fallecida, sobre la riqueza de la vida, aún con las limitaciones que en ocasiones (sin razón) nos sacan de quicio. Disfruten por favor:

YOU CAN’T HAVE IT ALL

But you can have the fig tree and its fat leaves like clown hands
gloved with green. You can have the touch of a single eleven-year-old finger
on your cheek, waking you at one a.m. to say the hamster is back.

You can have the purr of the cat and the soulful look
of the black dog, the look that says, If I could I would bite
every sorrow until it fled, and when it is August,
you can have it August and abundantly so.

You can have love, though often it will be mysterious, like the white foam
that bubbles up at the top of the bean pot over the red kidneys
until you realize foam’s twin is blood.

You can have the skin at the center between a man’s legs,
so solid, so doll-like. You can have the life of the mind,
glowing occasionally in priestly vestments, never admitting pettiness,
never stooping to bribe the sullen guard who’ll tell you
all roads narrow at the border

You can speak a foreign language, sometimes,
and it can mean something. You can visit the marker on the grave
where your father wept openly. You can’t bring back the dead,
but you can have the words forgive and forget hold hands
as if they meant to spend a lifetime together.

And you can be grateful for makeup, the way it kisses your face, half spice, half amnesia, grateful for Mozart, his many notes racing one another towards joy, for towels sucking up the drops on your clean skin, and for deeper thirsts, for passion fruit, for saliva. You can have the dream, the dream of Egypt, the horses of Egypt and you riding in the hot sand

You can have your grandfather sitting on the side of your bed,
at least for a while, you can have clouds and letters, the leaping
of distances, and Indian food with yellow sauce like sunrise

You can’t count on grace to pick you out of a crowd
but here is your friend to teach you how to high jump,
how to throw yourself over the bar, backwards,
until you learn about love, about sweet surrender,
and here are periwinkles, buses that kneel, farms in the mind
as real as Africa.

And when adulthood fails you, you can still summon the memory of the black swan on the pond of your childhood, the rye bread with peanut butter and bananas your grandmother gave you while the rest of the family slept

There is the voice you can still summon at will, like your mother’s,
it will always whisper, you can’t have it all,
but there is this.

Aforismos variados hechos en casa

Hace un tiempo se me pasó por la cabeza escribir un librito con aforismos variados sobre la vida en general. Como el tiempo pasa y ciertas ideas no se concretan, he decidido ponerlos aquí, a falta de un mejor sitio, para que vean la luz y puedan, en el mejor de los casos, comenzar una reflexión en aquel que se los encuentre por el camino…

Una vez a la semana (o más) es bastante saludable el decir lo que piensas cuando lo piensas…

Por qué molesta tanto que nos digan las cosas tal y como son?

De verdad crees que eso a lo que le tienes miedo es tan malo y tiene consecuencias tan catastróficas? Enumera 3…

No más aguantar y más actuar (libremente)

Libremente = libere la mente (diciéndole que preferiblemente,  no vuelva más…)

Dar rienda suelta a los deseos (oscuros y perversos) alivia y alegra (al que los tiene, claro)

La oscuridad esa que tienes, no es tan mala como parece… (Si lo fuera, ni siquiera pensarías en ella)

Lo políticamente correcto es terriblemente aburrido (así quedemos bien, que también es aburridísimo)

Cuantos problemas y tiempo nos ahorraríamos si le dijéramos al otro/a nuestras verdaderas intenciones desde el principio…

Cual es el miedo a la sana costumbre de llamar las cosas por su nombre?

Corriendo hacia ninguna parte

Cuando despierto a la madrugada y me asomo a la ventana, me sorprende la calma y tranquilidad con la que me encuentro. Los mismos lugares donde unas horas después hay ruidos desquiciantes y ensordecedores, automóviles enloquecidos y personas preocupadas andando rápidamente de una lado para otro, simplemente están ahí, siendo testigos pacientes de toda esta locura en la que hemos convertido la existencia.

Tal vez son los años, el hastío o simplemente ir aprendiendo a observar poco a poco lo que ocurre, sin embargo, cada vez me encuentro más lejos de todos esos afanes mundanos que nos inculcaron como “importantes”: La fama, las posesiones, los viajes, el comprar, tener o conseguir… Y la verdad, me encuentro más sosegado y menos interesado en seguir transitando apresuradamente hacia algún lugar donde supuestamente encontraré aquello imprescindible que me dijeron que buscara y que tenía que conseguir a toda costa para garantizar algo… (que aparentemente nadie tiene muy claro lo que es en realidad).

Me parece que ese supuesto destino está más cerca de lo que me hicieron pensar y que no requiere ningún esfuerzo deliberado para alcanzarlo, pero pueden ser simplemente imaginaciones mías…

Simplifica, estúpido!

Al final, nos hemos vuelto expertos en el arte de hacer difícil lo fácil y complicado lo simple.

Lo curioso es que la vida nos enseña, una y otra vez con infinita paciencia (eso si, subiendo el volumen cada vez…), que no es necesario enrevesar las cosas para hacerlas agradables / disfrutables / dignas de nuestra atención / mostrables en público, y que el volver a los orígenes en los que lo esencial era lo único necesario para vivir (sin ningún tipo de adjetivo al lado, tales como “dignamente”, “feliz”, “cómodamente”, etc.), es la única tarea en que podríamos invertir algo de tiempo y esfuerzo para ver algún tipo de efecto benigno…

Las dos cosas más importantes a tener en cuenta

Esta semana estuve conversando con alguien bastante particular y mencionó estas dos frases para pensar, o mejor, para vivir de acuerdo a ellas sin pensar demasiado:

“Sólo debes ocuparte de las cosas verdaderamente importantes,
sin embargo, no olvides que no hay nada en este mundo verdaderamente importante”

 

Inercias y Malas Influencias

Después de una temporada relativamente larga en el lugar donde vivo (vivimos), hoy he sabido que es tiempo de moverme (movernos) y buscar un nuevo hogar. Curiosamente la noticia ha causado una reacción que creía superada: un miedo irracional a lo desconocido, recuerdos de situaciones similares en el pasado que no acabaron muy bien, incertidumbres y oscuros futuros. La mente no discrimina entre presente y pasado y simplemente funciona trayendo a colación la información que le parece relevante para una situación parecida, así no tenga ninguna semejanza con sus datos.

Al final de cuentas, el saber y estar convencido de que no hay ninguna causa o consecuencia y que simplemente las cosas suceden espontáneamente, sin karmas o conceptos parecidos, nos permite observar tranquilamente (aunque sé que ningún adjetivo alcanza para describir ese centro en eterna calma) lo que ocurre y simplemente dejar que el cuerpo, eso que no somos, actue en consecuencia.

Y aunque todavía no ha llegado el espacio temporal donde debamos movernos fisicamente, haciendo caso (de manera informal) a Marie Kondo, agradezco de corazón a estas cuatro paredes, a este vecindario con sus altas y bajas (nuevamente haciendo uso de adjetivos innecesarios e incompletos) por lo vivido en este espacio en estos años de permanencia (otra palabra superflua).

Es tiempo de seguir la corriente (como siempre) y simplemente observar como el cuerpo y este mundo ilusorio siguen su curso sin prestar demasiada atención. Sin embargo, de alguna forma, se percibe que es tiempo de irse y mudar de piel, recibiendo lo que venga de la manera mas tranquila y sosegada.

Al final de cuentas, estas experiencias efímeras nos dejan ver una vez más, lo transitorio de este sueño y las veleidades sin fin de la mente, que si es obedecida, hará de la existencia en este plano una experiencia incómoda y desagradable en todo momento…