Hace poco descubrí el manga. En el pasado tuve amigos que eran bastante aficionados, pero la verdad nunca me llamó mucho la atención, tal vez por el carácter violento de las historias con las que tuve contacto. Pero de un tiempo para acá, leyendo cosas sobre la cultura popular de Japón, comencé a enterarme de que había varios movimientos distintos a lo que la mayoría de la gente conoce (Gundam, Naruto, Full Metal Alchemist…), encontrando cosas de corte intimista y personal, y ahí fue donde conocí a un autor que se ha convertido en mi favorito. Hablo de Jiro Taniguchi.
Nace en Tottori en 1947 y publica su primer trabajo (Kareta Heya) en 1970. A partir de ahí, colabora con distintos guionistas, entre ellos el popular Moebius y Natsuo Sekigawa, hasta que finalmente comienza a producir trabajos en solitario.
Hasta el momento he leído Barrio Lejano, El Caminante, El Viajero de la Tundra, El Almanaque de mi Padre y Tierra de Sueños. Todas ellas historias que tratan de la vida de personas normales, en situaciones a veces cotidianas, a veces muy extremas.
La que más me ha gustado ha sido El Caminante. Es una historia sencilla que narra las vivencias de un hombre que vive con su pareja y da paseos por su barrio, observando todo lo que pasa a su alrededor. El ritmo es relajado y me recordó lo que es vivir sin prisa ni agobios. Tiene un corte muy zen, y puede que no le guste a todo el mundo, por la ausencia de diálogos, aunque la exquisitez de los dibujos se disfruta enormemente.
Barrio Lejano (2 tomos) es la historia de un hombre de 48 años, casado y con dos hijas, que sin saber muy bien cómo, regresa a su pueblo natal y se ve transportado a su adolescencia, reviviendo momentos muy alegres y dolorosos de esa época, que le hacen reflexionar sobre cómo ha llevado su vida hasta ese momento. Personalmente me hizo pensar mucho sobre la relación que tuve con mi padre y cómo nos sesgamos y dejamos llevar por la rutina, olvidándonos de lo que es realmente importante: el presente.
El Almanaque de mi Padre es una historia en tres tomos que cuenta la historia de un hijo que, traumatizado por la separación de sus padres, se aleja de su familia hasta que tiene noticia de la muerte de su padre. En ese momento vuelve a su pueblo para los funerales y comienza a descubrir facetas desconocidas de la vida de su progenitor, a través de familiares y amigos, y a entender muchas de las cosas que de niño le resultaban incomprensibles. Me sentí muy identificado, especialmente porque hace poco perdí a mi padre y me pasó algo similar al argumento de la historia.
Lo que más me atrae es la manera sutil como Taniguchi cuenta sus propias vivencias, con algunos toques de ficción, de forma fluída e interesante, mostrando con gracia los sentimientos de los protagonistas de sus historias, sean alegres o tristes. Su particular visión del mundo hace que sus escritos tengan mucho sentido para aquellos que han tenido experiencias similares. Me recordó mucho a Kaminer, porque muchas veces la vida real supera con creces a la mejor historia fantástica, y no hace falta vivir grandes aventuras para reflexionar sobre quienes somos y donde estamos en este pintoresco planeta.