En el blog de Kirai me he encontrado este artículo sobre la perseverancia, ese preciado bien que todos queremos conseguir, pero que pocos logran. Me gusta mucho la comparación que hace entre la mentalidad japonesa y la española, esta última tan llena de defectos y que defiende a capa y espada la ley del mínimo esfuerzo, sobre la dedicación y el estudio por ejemplo. Hay quien en los comentarios escribe que la “flexibilidad y la creatividad” españolas son un activo a conservar. Estoy de acuerdo, aunque me parece que están sobrevaloradas, es decir, se les da mucho más peso que al trabajo hecho a conciencia. Un equilibrio entre la perseverancia, la ambición y la creatividad siempre es sano, porque no se puede decir que somos “perseverantes” por el simple hecho de trabajar muchísimas horas (otro defecto típicamente español, confundir la productividad con el tiempo trabajado: “a más horas, soy más productivo…”), sino todo lo contrario: el trabajar racionalmente con periodos de alta concentración y productividad, aunque sean cortos, es mucho más eficiente que estar muchas horas sin hacer prácticamente nada, aunque se “vea” muy bien de cara a los demás…Para terminar, una frase en japonés que se está convirtiendo en mi favorita, porque reduce a cero la connotación de “suerte” o “ayuda divina” a la que estamos acostumbrados y hace énfasis en el esfuerzo necesario para conseguir una meta: がんばって ください (ganbatte kudasai): “Hazlo lo mejor que puedas”.
Herramientas para aprender Japonés
Como comenté hace unos días, he retomado las clases de japonés. Si bien es cierto que mi profesor nos deja tareas o deberes regularmente, la realidad es que hay que dedicar más tiempo de calidad a memorizar los alfabetos y los kanjis que vayamos aprendiendo, y repetir y repetir para que no se nos olviden. Para facilitarme un poco las cosas, he investigado y he encontrado algunos recursos que me están siendo de gran ayuda a la hora de estudiar. Hay para todos los gustos, tanto online como offline.
Clases de Japonés
Ayer recomencé algo que tenía “abandonado” hace bastante tiempo y que por una razón u otra, no había podido retomar. Me refiero a aprender japonés. Hace ya bastante tiempo decidí conocer algo más de este idioma que siempre me ha parecido interesante, como una forma de acercarme a la cultura japonesa que me ha intrigado y fascinado desde que tengo memoria y comencé a estudiar en Bogotá, pero por falta de tiempo, tuve que dejarlo. Así pues, he “persuadido” a mi novia para que aprendamos esta lengua juntos. Alberto, mi profesor, es paciente y muy amable, además de que domina bastante bien la lengua y se le nota la pasión que tiene por ella, por lo que supongo que el aprendizaje será muy ameno. Lo mejor de todo es que las clases son “one-on-one”, es decir, con todas las ventajas de un grupo super-reducido, lo que facilita las cosas. Ya iré contando nuestros procesos!