Hace un rato terminé de leer este libro, que se compone de 25 historias cortas de uno de mis escritores favoritos. La verdad, lo compré “sin querer” en uno de mis viajes recientes a Barcelona, y sin buscarlo, me lo encontré de improviso. Así que, cómo resistirse?
Es el primer compendio de cuentos que leo de Murakami, y la verdad no sabía que también dedicaba parte de su genio a este tipo de relatos (en el prólogo del libro lo explica bastante bien: “Para mi, escribir novelas es un reto, escribir cuentos es un placer”. Existen otros dos más publicados en español.
A diferencia del último libro que pasó por mis manos, en esta obra se nota al Murakami “de siempre”, ya que hay fragmentos de estos cuentos que se han utilizado dentro de otras de sus novelas. Su estilo es el mismo: limpio, directo y descarnado, mostrándonos en toda su magnitud los conflictos sicológicos de sus personajes, e incluso dándole una importancia inusitada y casi vital a situaciones cotidianas (me recuerda mucho a Taniguchi en algunas ocasiones). Sin embargo, no deja de lado la fantasía para, a través de metáforas, contar historias de una manera fluida y sencilla.
Me gustaron especialmente “Viajero por azar”, donde muestra cómo ciertos acontecimientos que pueden parecer banales, pueden significar una gran diferencia en nuestra vida, y muchas veces vamos por la vida sin darnos cuenta, “Hanalei Bay”, porque muestra la realidad de los sentimientos, por cruda que pueda ser, y “El séptimo hombre”, sobre esos fantasmas que nos persiguen a lo largo de la vida, hasta que decidimos enfrentarlos.
Me hizo gracia la afirmación del protagonista de “El Espejo”, cuando dice que es realmente dificil afeitarse sin usar uno. La verdad, yo lo vengo haciendo desde hace bastante y no es especialmente complicado. Más bien es una cuestión de práctica y de, como decirlo, autoconocimiento…
Algunas citas:
“Sin embargo, Flanagan, al final de la actuación, sin decir una palabra, sin lanzar una mirada hacia mí, interpretó las dos melodías, una detrás de la otra! Primero, la balada Star-Crossed Lovers; luego una (versión) uptempo de Barbados. Con la copa de vino en la mano, me quedé sin palabras.” (Viajero por Azar)
“Duró apenas unos instantes, pero la ola, rota, permaneció inmóvil justo en aquel punto. Y en la cresta, dentro de su lengua transparente y cruel, distinguí con toda claridad la figura de K” … “Y no sólo eso. K miraba hacia mi y me sonreía.” (El séptimo hombre)
“Sin embargo, a decir verdad, a ella nunca le gustó su hijo como persona. Lo quería, por supuesto. Nadie le importaba más en el mundo. Sin embargo, como persona – aunque lo cierto es que tardó mucho tiempo en reconocerlo a ante si misma – no lograba sentir simpatía hacia él. Si el chico no hubiera llevado su misma sangre, no lo hubiera querido ni ver.” (Hanalei Bay).
Lo recomiendo para aquellos que han oido hablar de Murakami pero no se atreven con una de sus novelas o relatos más largos. Es una buena introducción en su universo personal.