A veces (yo diría el 100% de las ocasiones), no calculamos que lo que aparentemente puede estar “mal” se convierte en una ventaja y viceversa…
Distracciones
Me voy dando cuenta, no sin esfuerzo ni consecuencias, que las distracciones son el principal problema que tengo. Por estar yendo de aquí para allá, antojándome de todo, invierto esfuerzo y tiempo en cosas que no han debido ocurrir. Lo mejor es que ahora soy consciente con más frecuencia de cuando me desvío del objetivo. Lo peor es que también me he percatado de todo lo que me gusta y que por alguna u otra razón, no puedo hacer. El otro día leí algo que ahora viene bastante bien: era un método sencillo aunque muy efectivo para evitar este tipo de situaciones. Al querer emprender una nueva actividad con potencial de hacernos ocupar tiempo y energía, hay que formularse una pregunta: “¿Para qué voy a hacer esto?” Si no tengo una respuesta clara y contundente, es mejor ni siquiera comenzar…