Hoy algunas preguntas que se me han cruzado últimamente por la cabeza: En qué momento se nos olvidó vivir? Cuando exactamente decidimos que era mejor hacerle caso a unos extraños que no conocemos para tomar decisiones fundamentales o para confiar asuntos importantes de nuestra vida en sus manos? Cuando nos convertimos en seres cuya motivación última es el consumo y el postureo? Qué desencadenó el proceso para que personas débiles y asustadas que han perdido todo tipo de resiliencia y creatividad para simplemente dejarse engatusar por el idiota de turno con sus modas / tendencias o cualquier tipo de tontería similar, se convirtieran en la norma y no en la excepción?
Esto no pretende ser un regaño ni nada parecido. Únicamente una reflexión (para mi en mi primer lugar) para no olvidar que sea cual sea la opción que elijamos, idealmente debería ser genuinamente nuestra y el resultado de un proceso de razonamiento en primer y segundo grado y no un impulso que casi siempre termina en una situación desagradable.
En fin. La vida es simple, sin embargo, somos especialistas en el arte de complicarla al extremo. Como decia mi abuelo: “Los problemas no lo buscan a uno, UNO BUSCA LOS PROBLEMAS”…