Un día cualquiera, por razones que no entiendes, comenzaran a caer proyectiles y bombas en tu barrio? Y si después de esto, no se pudiera salir a la calle, por miedo a que te maten? O si más adelante aquellos osados que se atreven a aventurarse más allá de la seguridad relativa de sus casas, descubren que no hay víveres porque su ciudad está bloqueada? y si luego el agua y la electricidad fallan? y si por cosas del destino, tu casa o edificio es blanco de un bombardeo y te quedas en la calle?, y si no tienes adonde ir, porque no hay nadie en otro lugar que pueda acogerte?. Ya sé lo que pensarán muchos: Que “esas cosas” no pueden pasar aquí, en la mal llamada “civilización”, que esos problemas son cosa de bárbaros y radicales. Que la solución a todo esto pasa simplemente por apagar el televisor, que aquí tenemos, como dicen en mi tierra, “la vida comprada”.
Mucho cuidado, porque si los patrones de desigualdad social y de distribución de la riqueza no cambian, podemos enfrentarnos a escenarios insospechados en cualquier momento. Si seguimos dejando que los intereses económicos y geopolíticos sean manejados por estúpidos o ignorantes, la situación puede experimentar un cambio radical en muy poco tiempo.
Pensamos, al menos por un momento, globalmente y actuamos localmente, como dice la pegatina?