Esta vez nos vamos al Museo de Cometas de Tokyo, damos una vuelta la galería comercial camino al templo de Asakusa, compramos algunas cosas en la calle Kappabashi (en las dos únicas tiendas que quedaban abiertas), famosa por ser el lugar para equipar cualquier negocio de comida y terminamos, rendidos de cansancio, en un café de estilo occidental cerca a la estación de Asakusa antes de volver al hotel.