El título puede hacer pensar cualquier cosa, aunque la verdad, lo que quiero es describir un poco la experiencia que he tenido con los diferentes sistemas de gestión de contenidos que he probado hasta ahora, y que, como todo en la vida, tienen cosas buenas y malas.
Cuando decidí comenzar con esta web, lo primero que se me vino a la cabeza fueron dos cosas: html y Frontpage. En esos turbulentos tiempos (año 2001), trabajaba mucho con la herramienta de MS para hacer pequeñas intranets a modo experimental y padecí sus problemas (una pobre implementación de los estándares de desarrollo en la web, exceso de código innecesario, etc.), pero me servía para salir del paso rápidamente. Una vez que aprendí algo más de html, me lancé a la aventura de componer una página sencilla donde poner el contenido, lo cual planteó el primer problema: cómo almacenar las notas y evitar que se perdieran? y derivado de este, el segundo: cómo cambiar la página principal sin tener que modificar una y otra vez el código de la misma?
Y fue ahí cuando comencé a descubrir el universo de los CMSs (Content Management Systems). El primero que probé, por ser el más conocido por entonces, fue PHP Nuke. En un principio, resolvió todos los problemas que tenía, proporcionando un soporte robusto con una base de datos MySQL como backend, y una manera fácil de gestionar los contenidos sin tener que tocar el código. Hasta aquí, todo bien, pero al cabo de un tiempo comencé a leer en los foros de soporte que el autor se estaba quedando prácticamente solo en el desarrollo de la herramienta, y que estaba imponiendo condiciones algo restrictivas para la misma. Por esa razón, algunos decidieron hacer un “fork” del sistema, llamado PostNuke, que en teoría, contaba con una base de desarrolladores mayor, y tenía como objetivo optimizar el código para añadir nuevas funcionalidades y mejorar su funcionamiento en general.
Para evitar problemas, decidí cambiar al último. La migración fue algo traumática, pero finalmente lo logré. Comencé con la versión 0.64, y a la vez, como ya tenía algo de experiencia, empecé a añadir otras funcionalidades y a tocar un poco el código en PHP para adaptarlo a mis necesidades particulares. Las distintas versiones del producto se fueron sucediendo,
y cada cambio era una odisea, a pesar de que supuestamente había un script para que las actualizaciones fueran transparentes y sin problemas. Me lo tomaba con calma, porque aprovechaba cada cambio para mejorar el código y ver un poco más como funcionaba todo.
Así seguí hasta que llegó la serie 0.7x de Postnuke, en la que la estructura de la base de datos sufrió modificaciones de importancia, y comencé a tener problemas para actualizarme. Como también me había percatado de que un CMS me iba “algo grande” para lo que lo estaba utilizando (no usaba sistema de gestión de usuarios, muchos de los módulos estaban simplemente desactivados y en general, el sistema ocupaba mucho espacio (unos 11 Mb!), allá en la época en que solamente tenía 25 Mb de almacenamiento en mi proveedor de servicios de hosting, comencé a pensar en otras alternativas más livianas, como WordPress, Movable Type, Blogger, Typepad o Nucleus. Mi idea era que fuera fácilmente administrable via web, instalables por mi parte, con una interfaz limpia y sencilla y con un nivel de “customización” alto, es decir, que pudiera tocarse el código sin problemas. Algunos quedaron descartados porque no podía instalarlos en mi web (Blogger y Typepad), otros seguían siendo muy grandes para mis necesidades, así que me decanté por el que muchos llamaron el sucesor de Movable Type (que comenzó gratis y terminó siendo de pago), WordPress.
La experiencia hasta el momento ha sido satisfactoria, aunque me costó un poco descubrir cómo funcionaba todo, porque su estructura es mucho más sencilla y diferente que la de otros sistemas como Postnuke. Y con la llegada de la versión 2.0, va aún mejor. Pero (siempre hay un pero…) tiene cosas que no terminan de gustarme, como la incapacidad de modificar directamente los archivos del idioma (para las traducciones) en otra plataforma que no sea Windows, la falta de modularidad en ciertas secciones y el exceso (para mi gusto) de “hard code”, es decir, de cosas que perfectamente podrían ser variables para que se modificaran automáticamente cuando se localiza el software en otros idiomas, lo cual también facilitaría la actualización entre versiones. Tuve un fugaz affaire con iWeb, el más nuevo componente de la familia iLife de Apple, por su buena apariencia y “facilidad” de uso, pero desistí, principalmente porque no permitía editar el contenido via navegador (en otras palabras, es necesario el Mac con el software instalado para hacerlo) y porque, si no tienes .Mac, te pierdes la mitad de la experiencia (los podcasts y los links RSS no funcionan, por ejemplo). Por último, me quedó la curiosidad de saber donde se almacenan los posts, si como páginas estáticas o contra algún archivo…
Por último, los temas o apariencia del sitio, siempre han sido mi dolor de cabeza. Como no hay control sobre ellos, y mis conocimientos de CSS son bastante pobres, algunos que son muy agradables visualmente, producen efectos no deseados en los posts, comentarios y demás. Supongo que, como dije antes, tendré que sentarme y hacer uno que se acomode a mis gustos y necesidades. Me queda migrar el contenido de la base de datos vieja a la nueva, para lo cual sigo analizando alternativas, ya que la última de ellas simplemente mandó la base de datos de WordPress al carajo (por culpa mía, todo hay que decirlo). Afortunadamente, los amigos de mi hosting me ayudaron rápidamente y pude volver al ciberespacio en poco tiempo… (Alabados sean los backups totales).