Acabo de leer en un periódico la afirmación de cierto político español, que ocupa un cargo importante en el gobierno, sobre que es “difícil imaginarse cómo era el antes de internet”. No es difícil, señor ministro. El ejercicio consiste simplemente en pensar que las cosas se hacían de otra forma, que podía ser más o menos eficiente, según el caso, pero nada de cambios dramáticos. No me malinterpreten, Internet ha cambiado, y mucho, la forma de vida de millones de personas, pero sigue habiendo muchas otras que ni tienen acceso ni han disfrutado de sus beneficios (y dudo que lo hagan en el futuro cercano), debido al coste, la falta de inversión en tecnologia en sus respectivos países, y yendo más allá, la corrupción, la falta de educación y en especial, la pobreza o mala distribución de la riqueza.
Lo primero que se me viene a la cabeza es pensar en los estudiantes. Antes de internet, el medio de consulta por excelencia eran los libros. Ahora, ni siquiera hay que molestarse en levantarse de la mesa para ir a la biblioteca de casa o del barrio, con un par de clicks tenemos a nuestra disposición el contenido que necesitamos. Incluso hay sitios como este, donde lo único que tenemos que buscar es el trabajo, resumen o monografía que se nos pide y ya está. Lo malo es que la gente que usa este tipo de recursos ni siquiera se toma la molestia de revisar mínimamente la calidad de lo escrito. Se ha perdido el espíritu crítico, y domina el panorama la cultura de lo fácil. Sólo quienes hacen investigación algo más seria se preocupan por documentarse lo suficiente para añadir rigor y credibilidad a sus escritos. Pero aún a estos niveles hay problemas, como se puede comprobar aquí.
Hay más casos. Uno de los más visibles es la tan cacareada “eliminación de trámites”, que se ha visto empantanada por dudas más que razonables en la parte de seguridad, confiabilidad y disponibilidad. No hay más que ver algunos sitios web de cualquier gobierno para entender lo que digo, además de la total heterogeneidad de los mismos. No se trata sólo de proporcionar información al ciudadano, hay que ir más allá y dejarle gestionar más papeles, certificados, requisitos, etc., contribuyendo efectivamente a eliminar burocracia y disminuir la corrupción.
En conclusión: Se ha avanzado? Si, falta mucho? También, Es realmente bueno contar con esta herramienta? Depende del uso que se le de. Ojalá haya contribuído a aclararle las ideas a nuestro buen funcionario…