Heme aquí, finalmente, en casa otra vez, después de un mes intenso que ha pasado volando. Todavía me estoy recuperando del Jet Lag, ese mal tan desagradable pero a la vez tan envidiado. Ante todo, mis disculpas por no haber actualizado tanto como queria, pero tal y como le comenté a una buena amiga hoy, no faltaron ganas pero si tiempo. Así que a partir de mañana prometo reivindicarme y contar todas las aventuras que me deparó este fantástico viaje a los orígenes. Como decimos en mi tierra: “Ya esperamos lo más, ahora falta lo menos”, así que un poquitín más de paciencia, porque estoy seguro que veréis recompensada la espera…