A veces es difícil escribir cuando tantas cosas rondan la cabeza al mismo tiempo: propósitos de cambio, ganas de aprender algo nuevo, incertidumbres, encrucijadas… Hace unos días vi una serie que me había “presentado” un amigo hace ya varios (!) años: Neon Genesis Evangelion. En un principio me la tomé con algo de escepticismo, porque la verdad soy poco amigo de las series y de la televisión en general, pero a medida que fue avanzando (son 26 capítulos, que vi casi de tirón) me fui identificando cada vez más y más. Al final, es un ejercicio de autoanálisis muy profundo, que toca ciertas fibras que muchas veces queremos dejar escondidas. Por ejemplo, el Dilema del Erizo, aquel que dice que entre más te acercas a ciertas personas, más lastimado resultas… Paradójico pero real.
Consumir o no consumir: He ahi la cuestión
De un tiempo para acá vengo pensando en la necesidad real de las cosas de las que me he ido rodeando a lo largo del tiempo: libros, gadgets, juguetes o software: todos ellos artilugios de dudosa utilidad que en un principio me atrajeron irresistiblemente, pero que ahora solo ocupan espacio en un rincón, esperando ser usados o desechados. Lo peor de todo es darse cuenta de todo el tiempo y el dinero que he invertido en cosas aparentemente fantásticas y muy útiles que al final han pasado sin pena ni gloria por mi vida.
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Recuerdos
En estos últimos dias mi mente ha estado llena de reminiscencias, de sensaciones y emociones del pasado. Si bien es cierto que la historia es estática e inmodificable, el estar consciente de ella me ayuda a interpretar mejor el presente y a entender más las cosas que me ocurren. De alguna manera pienso en la cadena de hechos que precedieron el momento presente: todas las experiencias y vivencias que han hecho de mi quien soy ahora. Acuden a mi mente todo tipo de acontecimientos: alegres, tristes, serios, risueños, graciosos, graves, memorables… En fin.
De nada sirve lamentarse por lo que no se hizo. Los planes, si no se ejecutan, se quedan en ideas que se van difuminando con el tiempo hasta desaparecer por completo. La solución? Concentrarse única y exclusivamente en el momento actual. Puede sonar pretencioso, pero es la mejor manera de sobrevivir al caos que me rodea. Como siempre, la meditación acude al rescate cuando me empeño en distraerme con la banalidad de lo externo. No hay nada más. El pasado es estático y el futuro incierto. Lo único válido es este momento…
Ideas Propias
A veces es fácil caer en el tópico de adoptar ideas de otros como propias. Es mucho más cómodo y menos comprometedor que defender nuestras creencias, aquellas que, a pesar de estar influidas de muchas formas, entendemos e interiorizamos realmente. Pero ahora lanzo estas preguntas: Qué hace que una idea sea propia o aprendida? Cual es la forma de identificar aquellas elucubraciones resultado de nuestro propio criterio individual, de lo que nos viene procesado y preparado? Es sano adoptar este tipo de ideas? O lo mejor sería modificarlas y adaptarlas a nuestros criterios y gustos personales? Lo hacemos realmente o nos dejamos llevar por la inercia de lo más fácil? Por último, pensamos realmente alguna vez?
Mentiras
Hace cosa de un mes y medio estuve en un encuentro organizado por la empresa para la que trabajo, donde se pretendía medir el grado de idoneidad para potenciales ascensos y promociones. Dentro de las actividades que se desarrollaron, hubo una ronda de entrevistas con los responsables de la compañía (Vicepresidentes, Gerente de Recursos Humanos, etc.) donde se nos pedía analizar una situación concreta y formular recomendaciones. En algún momento comenzamos a hablar de la ética y de la conveniencia de ser francos y sinceros en ciertas situaciones. Desde mi punto de vista, hay que hablar siempre con la verdad, pero me encontré con la sorpresa de que se me tachó de “naive” o “ingenuo” a la hora de decirlo. Pregunté entonces cual era la “fórmula mágica” para triunfar en los negocios, y nadie supo responderme…
Karma
Acción y reacción. Un principio básico que a veces olvidamos. Nuestras buenas acciones cuentan, así no lo notemos de inmediato, y las malas añaden peso a nuestra existencia. No quiero poner las cosas como una dualidad simple, en blanco y negro, porque sabemos que la gama de grises intermedios es muy amplia, pero si recordar que durante la vida, acumulamos positivos y negativos que al final decidirán por nosotros. Nuestras acciones hablan a viva voz, aunque no las queramos escuchar. Cada cual decide qué camino quiere seguir: si una existencia indolente con la esperanza de que en el futuro no haya nada más, o una vida cuidada y honesta. Siempre he querido encontrar una forma de averiguar mi “saldo”, porque por mucho que hayamos obrado correctamente, el mal es denso y nos arrastra. Algunos lo llaman suerte, otros, destino. Me quedo con la definición inicial de acción y reacción, y con la sensación incómoda de ir a ciegas, creyendo que lo estamos haciendo bien, así hayamos escogido el recto sendero…
Sólo la verdad
Se han puesto a pensar ustedes alguna vez sobre que pasaría si por un día o al menos una hora, la gente decidiera ser franca y sincera? Que ocurriría si por una sola vez pudiesemos decir o confesar algunas o todas las cosas que guardamos en nuestro interior sin que se nos reprobase o juzgase? Cuales serían las consecuencias de dejar salir a todos esos “demonios” que nos atormentan pero que creemos que no podemos liberar? Si tuvieramos esa oportunidad y fueramos libres para elegir, la aprovecharíamos? Qué tan acostumbrados estamos a este mundo de falacias y mentiras, falsas intenciones, apariencias y engaños? Seríamos capaces de, al menos en una ocasión, ser coherentes y sin dobles intenciones? Revelaríamos nuestros deseos, del color que sean, a quienes se vean afectados por ellos? Confesaríamos nuestras faltas? Como un ejercicio lúdico, permítanse pensarlo un momento. Los resultados pueden ser sorprendentes…
Maldita Guayaba
Sé que más de uno me entenderá cuando lea esto. Es buena seña. Significa que sabe de lo que hablo y posiblemente incluso, habrá padecido de una u otra forma las consecuencias de este fenómeno. Y si bien es cierto que aquello de lo que hablo tiene sus cosas buenas, las malas superan con creces los pobres beneficios de llevar una vida así. Y sinceramente, me estoy cansando del sabor de esta fruta que casi siempre trae desgracias…