Llevaba un tiempo inmerso en la literatura técnica y quería cambiar un poco el registro. Así que comencé a revolver el “depósito” de libros que esperaban pacientemente a ser leídos (mi método es comprar lo que me parece interesante cuando lo veo y luego ir leyendo poco a poco, con lo que consigo estar siempre con material disponible) y encontré este volumen, adquirido en uno de mis viajes a Londres y aplazado infinitas veces…
Bill Bryson no es un científico ni nada que se le parezca. Es un cronista de viajes y naturaleza, pero tiene una curiosidad innata enorme, que se ve reflejada en los primeros compases del libro, donde habla de que durante un viaje, comenzó a hacerse preguntas que posiblemente se nos hayan pasado a todos por la cabeza (por qué los mares son salados y los lagos no?) y decidió invertir tres años de su vida investigando para dar respuesta a estos interrogantes.
El contenido del libro es interesante, aunque a veces algo denso para alguien que no tenga una formación básica en ciertos campos, pero esto no impide que los conceptos se puedan entender perfectamente, ya que son expuestos con rigor pero a la vez con humor y una gran dosis de sentido común.
Me ocurrió algo curioso cuando lo leí, y fue que en un principio me pareció bastante fatalista, porque durante toda la historia se habla de cientos de millones de casualidades y “golpes de suerte” que han permitido que existamos como raza y gocemos de las condiciones en las que vivimos, y repite una y otra vez que somos muy afortunados de poder ser lo que somos actualmente.
Sin embargo, creo que su principal atractivo (que entendí casi cuando lo estaba terminando) es el de mostrarnos que hay muchísimo por hacer en el campo de las ciencias, y que nuestro conocimiento del planeta y de nosotros mismos no ha hecho más que empezar. Durante todos los capítulos se esfuerza por quitarnos de la cabeza ese “complejo de superioridad” que últimamente está tan en boga (“La raza humana ha alcanzado el pináculo de su gloria y nadie puede con nosotros”) para que, con una gran dosis de humildad, reconozcamos que lo que hemos alcanzado es una minúscula parte de todo lo necesario para entender realmente a nuestra especie, y por extensión, a todas las demás con las que convivimos en nuestro único, por ahora, planeta.
Lo leí en inglés, pero creo que la traducción al español estará bien lograda (Francesc, cuando lo leas comentalo aquí por favor!). Es una excelente introducción a las ciencias para aquellos a quienes el tema les parece un poco intimidante o árido. Altamente recomendado.