Aquellos de ustedes que viajan regularmente por negocios o placer, sabrán lo que es enfrentarse a la rutina de hacer (y deshacer) la maleta cuando tienen que estar fuera de casa por uno o más días. Pero, dentro de lo incómodo (cuando se hace más veces de las que queremos, normalmente por trabajo) o lo excitante (cuando se viaja por placer) que pueda llegar a ser, a veces se nos “va la mano” y nos llenamos de cosas innecesarias que terminamos cargando con nosotros sin usarlas o peor aún, dándonos cuenta que las teníamos cuando volvemos a casa.
En definitiva, no hay nada mejor que viajar lo más liviano posible, para poder concentrarse en los atractivos de nuestro destino y no preocuparnos tanto por lo que tenemos o no. Leo Babauta, creador del sitio Zen Habits, propone 36 consejos para conseguir este objetivo. Algunos son bastante evidentes, como el uso de ropa de fibras especiales para que podamos lavarla en la noche y al otro día esté seca y lista para usar, o el usar una mochila para tener las manos libres al pasear (aunque siempre es bueno tener precaución con este tipo de bolsos, porque es fácil que alguien los abra estando detrás nuestro sin que nos demos cuenta). Hay algunas ideas novedosas como la de cambiar o donar el libro que llevemos para leer cuando lo terminemos…
Mi consejo personal es que solamente lleven con ustedes lo que van a usar y si necesitan algo, es bastante probable que puedan comprarlo donde vayan sin muchos problemas. Me he sorprendido al darme cuenta de lo poco que llevo ahora conmigo en un viaje! Ante todo, la idea es disfrutar y descansar, no llegar a casa necesitando otras vacaciones para recuperarse de las que acaban de tomar!