De los gestos más fascinantes del ser humano, escojo las miradas. Me encantaría ser capaz de descifrar que hay detrás de todas y cada una de las que recibo: amigos, conocidos, extraños, la gente que me rodea. Siempre me ha parecido algo brusco eso de “si las miradas mataran…”, porque muchas veces deseo que a quien miro entienda el mensaje que encierran mis ojos. Sé que es una ilusión, pero no pierdo la esperanza, incluso cuando sé de sobra que lo que hay detrás de mis pensamientos es casi indescifrable o muy dificil de ver.
Sería increible ver que alguien responde a una mirada abierta y sincera, tal y como esperamos. Una sonrisa sería suficiente para asentir silenciosamente y hacernos saber que el mensaje ha sido recibido tal y como lo hemos enviado. Un gesto, o mejor aún, otra mirada que podamos traducir al instante.
Cuántas cosas pasarían si fueramos capaces de entender el lenguaje oculto de nuestros ojos: todo el misterio y encanto que pueden encerrar, o también, por qué no? la ira y el desprecio. Posiblemente sea por esto que no queramos aprender a descifrar estos mensajes: quizá la impresión (buena o mala) sería demasiado fuerte y no podríamos soportarla. La “traducción” que hacemos ahora es demasiado burda y primitiva.
Sin embargo, sigo pensando que si entendieramos mejor lo que alguien nos quiere decir con su mirada, este mundo sería un lugar más amable…