Inercias y Malas Influencias

Después de una temporada relativamente larga en el lugar donde vivo (vivimos), hoy he sabido que es tiempo de moverme (movernos) y buscar un nuevo hogar. Curiosamente la noticia ha causado una reacción que creía superada: un miedo irracional a lo desconocido, recuerdos de situaciones similares en el pasado que no acabaron muy bien, incertidumbres y oscuros futuros. La mente no discrimina entre presente y pasado y simplemente funciona trayendo a colación la información que le parece relevante para una situación parecida, así no tenga ninguna semejanza con sus datos.

Al final de cuentas, el saber y estar convencido de que no hay ninguna causa o consecuencia y que simplemente las cosas suceden espontáneamente, sin karmas o conceptos parecidos, nos permite observar tranquilamente (aunque sé que ningún adjetivo alcanza para describir ese centro en eterna calma) lo que ocurre y simplemente dejar que el cuerpo, eso que no somos, actue en consecuencia.

Y aunque todavía no ha llegado el espacio temporal donde debamos movernos fisicamente, haciendo caso (de manera informal) a Marie Kondo, agradezco de corazón a estas cuatro paredes, a este vecindario con sus altas y bajas (nuevamente haciendo uso de adjetivos innecesarios e incompletos) por lo vivido en este espacio en estos años de permanencia (otra palabra superflua).

Es tiempo de seguir la corriente (como siempre) y simplemente observar como el cuerpo y este mundo ilusorio siguen su curso sin prestar demasiada atención. Sin embargo, de alguna forma, se percibe que es tiempo de irse y mudar de piel, recibiendo lo que venga de la manera mas tranquila y sosegada.

Al final de cuentas, estas experiencias efímeras nos dejan ver una vez más, lo transitorio de este sueño y las veleidades sin fin de la mente, que si es obedecida, hará de la existencia en este plano una experiencia incómoda y desagradable en todo momento…

Potencias de 10

En este corto de 1977, producido por IBM, nos damos cuenta de la relatividad de los conceptos, y sobre todo, de las ideas que podemos tener sobre el mundo que nos rodea. Un viaje interesante en poco más de 9 minutos que nos muestra la inmensidad del espacio, interior y exterior…

 

Instrucciones a mis hijos

Me gustó este poema de Magdalena Sanchez Blesa, y más que dedicado a los hijos, tal vez aplica para todas y cada una de las personas que habitamos este peculiar punto en el espacio…

Jamás un conato de daros la vuelta
Jamás una huida, por muchos que sean
Jamás ningún miedo, y si acaso os diera,
Jamás os lo noten, que no se den cuenta
Jamás un “me rindo”, si no tenéis fuerzas

Aunque fuese a gatas, llegad a la meta
Que nadie os acuse… ¡miradme a la cara!
Que nadie os acuse de dejar a medias un sueño imposible…
(Si es que los hubiera)
Yo no los conozco,
Y mira que llevo yo sueños a cuestas

Jamás, y os lo digo como una sentencia, ¡miradme a la cara!
Jamás en la vida paséis por el lado de cualquier persona sin una sonrisa
No hay nadie en el mundo que no la merezca
Hacedle la vida más fácil, ¡miradme!
A cada ser vivo que habite la tierra

Jamás se os olvide que en el mundo hay guerra
Por pasar de largo sin gloria ni pena delante de un hombre
Y no preguntarnos qué sueño le inquieta
Qué historia le empuja,
Qué pena lo envuelve,
Qué miedo le para,
Qué madre lo tuvo,
Qué abrazo le falta,
Qué rabia le ronda,
Qué envidia lo apresa…

Jamás, y lo digo faltándome fuerzas,
Si el mundo se para,
Os quedéis sentados viendo la manera de que otro lo empuje
Remangaos el alma,
Sed palanca y rueda,
Tirad de la vida vuestra y de quien sea,
Que os falte camino,

Perded la pelea contra los enanos
No sed los primeros,
Que os ganen los hombres que no tienen piernas
No sabedlo todo,
Dejad que contesten los que menos sepan

Las manos bien grandes,
Las puertas abiertas,
Anchos los abrazos, fuera las fronteras
Hablad un idioma claro, que se entienda

Si estrecháis la mano, hacedlo con fuerza
Mirando a los ojos,
Dejando una huella
Prestad vuestra vida,
Regaladla entera
Que a nadie le falte ni una gota de ella

¡Cantad!
Que cantando la vida es más bella
Y jamás, os hablo desde donde nazca
El último soplo de vida que tenga,
Jamás una huida,
Por muchos que sean…