Supongo que no debería escribir esto, porque corro el riesgo de desatar sobre mi cabeza la ira de los radicales, esos a los que todos tenemos miedo así no lo admitamos públicamente, pero no me importa. Las cosas hay que decirlas cuando es oportuno y no cuando están de moda o nos conviene.
Crash and Burn (III)
Otra semana más viendo el mundo desde la barrera. Y si, a pesar de que todo el mundo lo repite constantemente, no sabía cuanto apreciaba usar mis dos piernas para ir al trabajo, dar un paseo o simplemente, pasar por el supermercado a comprar algo. Lo que ocurre cuando uno está impedido de alguna forma es algo paradójico: por una parte, entre más tiempo pasa, hay más confianza y más “atrevimiento” para hacer cosas (es un triunfo poder lavar los platos o cocinar algo medianamente complicado, que implique un poco más de trabajo que abrir una lata, que también es difícil), pero por otra, pesa cada vez más el hecho de no poder valerse por sí mismo…
Crash and Burn (II)
Ya han pasado tres semanas desde aquel fatidico domingo en que decidí que rodar por una cuesta empinada con el MTB era una buena idea. Mi rodilla sigue mejorando, aunque muy lentamente, con resultados poco apreciables y si con un aumento sustancial del dolor en la zona. Pero, consideraciones “técnicas” aparte, este tiempo ha sido bastante provechoso para reflexionar y reducir la velocidad en muchos otros aspectos que de otra manera, siempre pasan desapercibidos.