Hay cosas que sinceramente no entiendo, pero que producen sensaciones interesantes al conocerlas. Cuando vi esto, recordé una exhibición en el Centro Georges Pompidou de Paris de la que fui testigo hace un par de años. Artefactos mecánicos que merodean por las playas impulsados por la fuerza del viento… De inmediato surgieron los pensamientos sobre las aplicaciones “prácticas” del invento, sobre el futuro de las energías limpias, sobre las mismas playas (y que la contaminación y la basura pueden hacer imposible hasta para estas bestias el caminar pesadamente sobre ellas), pero al final recordé que el utilitarismo no era el fin de su creación. Solo asombrarme, dejarme más perplejo que de costumbre y maravillarme ante la complejidad del cerebro y la creatividad humanas.
Montoya y el estrés
Hace mucho rato que no sufría como hoy viendo a Montoya competir en la F1. Después de hacer una carrera bastante coherente (algo inusual en él en los últimos tiempos), justo en el momento más delicado (las 3 últimas vueltas), tuvo un problema en una de las ruedas, que hicieron peligrar todo el trabajo. Al final, se arriesgó y logró una merecida victoria. Alonso, salvo catástrofe, es ya campeón, porque Kimi no dió la talla. Tal vez exceso de presión. Otra vez será. No me quiero ni imaginar lo que pasará cuando el joven Fernando alce el último trofeo (o sume 4 puntos en Spa el próximo domingo). Afortunadamente, aquí no celebran “a la iraquí”, es decir, disparando al aire. Puede que la cosa no pase de una intoxicación etílica leve y no ir o llegar al trabajo el lunes siguiente…